¿UN CURSO CAMEL, DIRIGIDO A DOCENTES, SOBRE SERVICIO COMUNITARIO?
Realizado el proceso de consulta, en el que la participación de la universidades fue muy limitada, se aprueba en Gaceta Oficial Número 38.272 del 19 de septiembre de 2005 la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior (LSCEES); ley que debía entrar en vigencia en septiembre del 2007. con el objetivo explícito de generar capital social a partir de la participación en las comunidades de los profesores y estudiantes de la instituciones de educación superior, participación que buscaba promover el ejercicio de conocer y promover alternativas de soluciones a problemas reales que se viven en las comunidades, es decir, los profesores y estudiantes ejercen la ciudadanía desde la perspectiva pedagógica y los diseños curriculares incorporan, de manera explícita, un espacio cuyo principal propósito es el desarrollo de competencias ciudadanas.
No obstante, y posiblemente por la poca participación en la discusión de la ley y dada la polarización que ya se percibía en el país, en las instituciones de educación superior la LSCEES se percibe como una imposición. los profesores porque deben responsabilizarse por una nueva actividad, para la que no se sienten preparados y que no ofrece recompensas, y los estudiantes porque la entienden como una actividad que consumirá horas presenciales sin aportar aprendizajes. Esta realidad impide apreciar la oportunidad que la entrada en vigencia de la ley representa desde perspectivas diferentes, entre ellas, puede representar un espacio en que la universidad interpreta y reinterpreta, elabora y reelabora, desde la práctica en lo cotidiano, conocimiento directamente vinculado a diversos problemas del acontecer nacional; y en el caso de los estudiantes representa un espacio para perfeccionar habilidades, para definir y solucionar problemas, lo que implicaría lo que de manera general podríamos llamar “habilidades de comunicación e investigación” en situaciones de la vida real.
Transcurridos 10 años de la entrada en vigencia de la ley es preciso interrogarse por los resultados de la aplicación. Si bien es cierto que un gran número de estudiantes, en las diferentes instituciones de educación superior, han prestado las 120 horas de Servicio Comunitario (SC) es oportuno preguntarnos si esta movilización de recursos humanos ha contribuido a la formación ciudadana de la comunidad universitaria así como de la comunidad ampliada con los que los universitarios han interactuado, ¿ha permitido la descripción documentada de problemas concretos que se viven en la comunidad, a manera de ejemplo, la baja calidad de los sistemas educativos o de salud?. ¿Las comunidades y los universitarios reconocen las limitaciones de esta participación?. ¿Cómo se ha enfrentado la continuidad de los proyectos en la comunidad?
Tenemos la percepción que la prestación de SC se ha transformado en cumplir un requisito administrativo más que la oportunidad de ser socialmente responsable en el cumplimiento de su misión. El concepto de Responsabilidad Social Universitaria ( en la visión que asume Valleys, 2012), implicaría analizar los resultados del Servicio Comunitario, después de 10 de aplicación de la LSCEES, desde diferentes aristas: a) formación ciudadana responsable: ¿cuál ha sido la contribución a la formación integral de los jóvenes? ¿les permita reconocer la importancia de ejercer la ciudadanía y participar activamente en la vida en sociedad?; b) proyectos sociales: ¿se logra movilizar e intercambiar conocimiento hacia y desde la comunidad, de manera que esta última pueda apropiárselo y utilizarlo para mejorar su calidad de vida?; c) gestión social del conocimiento: ¿institucionalmente ha logrado la universidad aprender de los problemas reales y producir teorías que contribuyan a describirlos, explicarlos y proponer alternativas para transformarlos?.
Una clave para el éxito de la implantación del SC lo constituye la participación de los tutores (Michinel, 2011), sin embargo, a partir del intercambio con muchos colegas docentes hemos podido conocer que muchos de ellos entienden que ser tutor de un proyecto de SC les exige el cumplimiento de una tarea para la que no han sido preparados, y en lo concreto se cumple al prestar las 120 horas. Con el propósito de las 120 horas signifiquen para el estudiante una oportunidad de aprendizaje es preciso explicitar en el diseño las competencias que debe desarrollar el estudiante (Lombardi, 2011)
Con el propósito de contribuir a modificar la visión que la mayoría de los docentes tienen del SC y trascender lo netamente administrativo, si compartes con nosotros (Interconectados) esta inquietud, queremos invitarte a participar en el diseño de un Curso Abierto Masivo En Línea (CAMEL) dirigido a los docentes. Proponemos los módulos siguientes, pero nos interesa que nos ayudes a perfeccionar este diseño.
Qué Módulos (contenidos) debería integrar este curso y si, dadas las características de tu experticia, estarías dispuesto a participar en el dictado de cuál módulo.
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