Equipos Interdisciplinarios para atacar problemas complejos: Algunas ignorancias conocidas
Cada día se hace más evidente la necesidad de capacitar personas en competencias para resolver problemas complejos, las también llamadas “situaciones espagueti” por Alexander de Haas (co-autor del libro Solving Complex Problems), puesto que la interacción entre ciertas capacidades y el conocimiento debería poder ayudar a resolver la complejidad. Sin embargo; de los cuatro tipos de conocimiento que existen, de acuerdo con la profesora Ann Kerwin (lo que sabemos, los que no sabemos que sabemos, lo que sabemos que ignoramos y lo que ignoramos que ignoramos, ver imagen), son más las cosas que sabemos que ignoramos que lo que nos agradaría reconocer. Esto se agudiza o nos coloca en mayor desventaja, en particular en nuestro mundo de lengua castellana, como lo demuestra el hecho de que al buscar en Google Académico la frase “Solución de problemas complejos” aparecen 437.000 entradas, solo una fracción de las que aparecen al realizar la búsqueda en idioma inglés (3.260.000 entradas al buscar “Complex-Problem-solving”).
Para el tema que nos ocupa, entre las ignorancias conocidas, al menos para quien esto escribe, reconocemos la falta de conocimientos acerca de lo que es un sistema complejo, y en las áreas que tienen que ver con la gestión de los equipos que deben estudiar dichos problemas, donde podemos resaltar ignorancias en: i) conformación, evolución e interacción con otros equipos: ii) en el papel, aparición y distribución de los liderazgos en los equipos a lo largo de los procesos y; iii) en la identificación de instancias de decisión y actores involucrados, por solo nombrar algunos, hasta llegar a las ignorancias acerca del problema de los aspectos culturales a la hora de considerar la eficiencia de los equipos.
Todas estas “ignorancias” deben ser consideradas cuando decidimos iniciar procesos de análisis de problemas complejos, si es que que queremos llegar a resultados positivos. Desde esta perspectiva podemos preguntarnos: ¿Quién decide que un problema debe ser objeto de análisis? ¿Cuál papel asigna a los otros investigadores (académicos o no) invitados? ¿Ve al grupo meramente como una instancia de cooperación, o lo ve como un equipo colaborativo? ¿Cuándo decidir que un problema ha sido suficientemente estudiado y se puede pasar a la etapa de aportar soluciones por la vía de influenciar las políticas públicas? Lo más importante, ¿en qué momento podemos concluir que hemos definido claramente el problema a resolver, y tenemos alternativas de acción para enfrentarlo?
Requerimos prepararnos para poder enfrentar el desafío que nos plantean las interrogantes anteriores, la capacitación en estos temas se vuelve cada día más importante para los docentes universitarios y todos aquellos con la responsabilidad de resolver problemas que surgen en sus organizaciones o responsabilidades.
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