¿Cómo se relacionan entre sí las investigaciones que se realizan en las universidades?
En una nota reciente, referida a los títulos que muestran algunas investigaciones universitarias, anunciaba que dedicaría un escrito posterior a: “Las actitudes hacia la investigación… responsables también por el fenómeno de las alianzas entre investigadores “que hablan el mismo idioma” para reunirse en equipos de investigación. Casi que lo contrario a lo que se requiere a la hora de resolver problemas “del entorno social”. En este último caso, y dada la complejidad de las situaciones a estudiar, son preferibles los equipos multidisciplinarios, donde cada miembro habla “idiomas” diferentes, la mejor manera para “… encontrar un gato negro en un cuarto oscuro. Sobre todo cuando no hay gato…”. Pero ya estaremos profundizando posteriormente.”
La presente nota me permite ampliar el punto anunciado. En la medida que se profundiza el habitus universitario, generado dentro del paradigma de la universidad generadora de conocimiento, que incentiva la publicación académica como un fin en sí mismo, se produce una situación en que la mayor motivación para publicar tiene que ver con las luchas propias de la violencia simbólica en el campo universitario. Así, a mayor número de publicaciones mayor posibilidad de ascenso académico lo cual, unido a los estímulos de tipo económico como las “carreras de investigador”, conducen a una búsqueda permanente de este tipo de meta por parte de los miembros de la academia. El capital cultural así generado va a ser utilizado posteriormente para diferenciarse de aquellos que no publican, no solo los individuos que están fuera del campo universitario, sino los que en el interior de él no participan de la carrera académica, como ser los profesionales a cargo de las labores administrativas. Lo anterior tiene varias consecuencias, la menor de la cuales no es que, en busca del mínimo esfuerzo (los amigos economistas podrían profundizar sobre este punto), el investigador va a tender a investigar en aquello que ya conoce, y a la hora de colaborar con otros investigadores lo hará para reunir lo que ya ambos dominan y donde les resulta más fácil publicar. En el camino, y debido a los sistemas de incentivos y del mínimo esfuerzo, generados al haber convertido la publicación en un fin en sí misma debido al habitus académico, las investigaciones dejan de orientarse a resolver las necesidades de la sociedad y se tornan parte de los rituales pre-establecidos por el mismo mundo académico.
La situación descrita tiene importantes consecuencias a la hora de orientar nuestra atención al problema de la movilización de conocimientos entre la universidad y la sociedad. El sistema de variables (¿valores?) vigente orienta las investigaciones hacia el interior de la organización universitaria. De esta forma difícilmente podrá el conocimiento generado por esas investigaciones ser de interés para la sociedad.
Si aceptamos, por otra parte, que investigar los problemas sociales que actualmente enfrentamos representa entender problemas complejos de difícil solución, como los objetivos del milenio definidos por la Naciones Unidas, podemos entender la dimensión del reto que se le presenta a los investigadores científicos y a la universidad como estructura organizativa a la hora de acometer la generación, movilización y aplicación de conocimientos en estas áreas problemáticas. De manera que el primer obstáculo a vencer por los investigadores interesados en generar conocimiento para la sociedad es el de definir problemas de esa realidad, para luego conformar los equipos interdisciplinarios que garanticen que los problemas serán analizados desde diferentes ángulos, a objeto de lograr claras visiones producto de esta mirada holística, bastante diferente de muchas de las investigaciones en curso en nuestras universidades en la actualidad. Pero todo esto, claro está, es motivo de discusión. Aguardamos por su visión que puede agregar en «comentarios».
Nota: Los títulos de los ocho objetivos del milenio, con sus metas específicas, son:
– Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas que sufren hambre.
– Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas cuyos ingresos son inferiores a un dólar diario.
– Conseguir pleno empleo productivo y trabajo digno para todos, incluyendo mujeres y jóvenes.
Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal.
– Asegurar que en 2015, la infancia de cualquier parte, niños y niñas por igual, sean capaces de completar un ciclo completo de enseñanza primaria.
Objetivo 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
– Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos los niveles de la enseñanza antes de finales de 2015
Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil.
– Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de niños menores de cinco años.
Objetivo 5: Mejorar la salud materna
– Reducir en tres cuartas partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad materna.
– Lograr el acceso universal a la salud reproductiva.
Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
– Haber detenido y comenzado a reducir la propagación del VIH/SIDA en 2015.
– Lograr, para 2010, el acceso universal al tratamiento del VIH/SIDA de todas las personas que lo necesiten.
– Haber detenido y comenzado a reducir, en 2015, la incidencia de la malaria y otras enfermedades graves
Objetivo 7: Garantizar el sustento del medio ambiente.
– Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los programas nacionales y reducir la pérdida de recursos del medio ambiente.
– Haber reducido y haber ralentizado considerablemente la pérdida de diversidad biológica en 2010.
– Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.
– Haber mejorado considerablemente, en 2020, la vida de al menos 100 millones de habitantes de barrios marginales.
Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.2 .
– Desarrollar aún más un sistema comercial y financiero abierto, basado en normas, previsible y no discriminatorio.
– Atender las necesidades especiales de los países menos adelantados.
– Atender las necesidades especiales de los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo (mediante el Programa de Acción para el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo y los resultados del vigésimo segundo período extraordinario de sesiones de la Asamblea General).
– Encarar de manera integral los problemas de la deuda de los países en desarrollo con medidas nacionales e internacionales para que la deuda sea sostenible a largo plazo.
– En cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo a precios asequibles.
– En cooperación con el sector privado, dar acceso a los beneficios de las nuevas tecnologías, especialmente las de la información y las comunicaciones.
El único objetivo que no está marcado por ningún plazo es el octavo, lo que para muchos significa que ya debería estar cumpliéndose.
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