La universidad pública latinoamericana como determinante del “espíritu emprendedor” en la sociedad
“Movilizar conocimientos entre la universidad y la sociedad” se refiere al flujo bi-direccional de información contextualizada que debe ocurrir entre la universidad (principal generadora y poseedora de conocimientos) y los diferentes ámbitos de la vida social, con el objeto de lograr más eficientemente sus fines específicos. Trátese de políticos en posición de definir políticas públicas, empresas en búsqueda de competitividad o sencillamente ciudadanos interesados en lograr, en base a su conocimiento, mejores niveles de vida. Un aspecto interesante de esta “movilización de conocimientos” lo encontramos en el caso de los emprendedores, trátese de egresados universitarios o de miembros de comunidades en interacción con esas universidades.
En el contexto expresado en el párrafo anterior nos parece interesante que hace algún tiempo publicamos un ensayo sobre los “determinantes de la participación ciudadana juvenil” partiendo del modelo de Olstrom (2007) sobre sistemas ecológicos complejos, donde revisábamos en particular el papel de internet y las redes sociales en esta realidad. Creemos que están dadas las condiciones en estos momentos de incremento del populismo en América Latina, para revisar desde esta visión el papel de la universidad pública como uno de los determinantes del “espíritu emprendedor” de los jóvenes y la ciudadanía en general en la sociedad.
“La función específica de los emprendedores es la capacidad para tomar los factores de la producción -tierra, trabajo y capital- y usarlos para producir bienes o servicios nuevos. El emprendedor percibe oportunidades que otros ejecutivos de empresas no ven o no les interesan. Algunos emprendedores usan información, al alcance de todos, para producir algo nuevo. «Básicamente, el emprendedor detecta una necesidad y, después, reúne la mano de obra, los materiales y el capital que se necesita para satisfacer esa necesidad.» En esencia, un emprendedor crea una organización como medio para ofrecer algo nuevo a los clientes, empleados u otros grupos de interés”
Si tomamos alguna definición de “espíritu emprendedor”, como la que nos proporciona la página de emprendedores de la Universidad del Táchira en Venezuela, debería poder ser fácil conocer el aporte que la universidad pública da a sus miembros, profesores, estudiantes, empleados y obreros, así como a las comunidades con las cuales interactúa en el sentido de proveer competencias que permitan un mejor desenvolvimiento de los individuos como emprendedores. En teoría también debería ser posible elucidar cual es el peso relativo de este impacto como factor determinante de la universidad, al compararlo con otras determinantes, tal como pudiesen ser la familia o la experiencia, indicado en el esquema presentado.
De esta manera, es posible formular y resolver preguntas como: ¿tiene la universidad pública en Latinoamérica un proyecto estratégico para desarrollar emprendedores? o, ¿La universidad, forma emprendedores entre sus estudiantes o entre las comunidades con las cuales interactúa?, y si la respuesta es positiva en algún caso ¿cómo logra la universidad estas metas?
En principio la respuesta, al menos parcial, ya se encuentra en la literatura. Más de 70.000 resultados en el buscador Google a la entrada “la universidad de Stanford y la formación de emprendedores” (siendo esta universidad un paradigma en el área), o más de 7.000.000 de resultados a la búsqueda “el papel de la experiencia en la formación de emprendedores”, más de 420.000 a la pregunta “el papel de la familia en la formación de emprendedores” o a los más de 1.300.000 ante la búsqueda “el papel de la universidad en la formación de emprendedores”. En cualquier caso un reto interesante frente al reto que tiene planteada la universidad pública latinoamericana de convertirse en una verdadera “movilizadora de conocimientos” en el seno de las sociedades donde se inserta.
Más interesante aún sería indagar como utilizan los emprendedores a la universidad, o como realiza la universidad sus programas de formación para incluir el desarrollo de competencias para el emprendimiento, o de actitudes y aptitudes para esta tarea. Pero esto debería ser objeto de investigaciones en profundidad desarrolladas desde perspectivas multidisciplinarias y de largo aliento.
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