¿Tetrahidroisoquinolinas anyone?
Una de las consecuencias que más llama mi atención de la tendencia autoritaria y la motivación al poder en nuestra sociedad es la de los títulos de las investigaciones científicas que se adelantan en los ámbitos académicos. Me recuerda el tema de mis investigaciones de otra época en bioquímica, y que se centraban en el metabolismo en el cerebro de las tetrahidroisoquinolinas, palabrita que generaba miradas extraviadas y de reconocimiento ambiguo hacia mi persona, cuando en alguna reunión social se me preguntaba por mis actividades de investigación.
La verdad, es que siempre he pensado que un buen investigador, aquel que realmente conoce su materia, debe poder explicarle en palabras sencillas y con conceptos claros su tema de investigación a sus seres queridos. Lograr ese mínimo de “alteridad” que consiga una comunicación eficiente entre dos partes que se respetan mutuamente y que desean interactuar.
Un factor necesario para lograr lo expresado en el párrafo anterior es la “ignorancia”. La ignorancia como motor de la ciencia en el sentido que nos lo presenta Stuart Firestein y que ya ha sido comentada en una entrada anterior de interconectados. El otro factor que consideramos es indispensable para generar títulos comprensibles para los no-especialistas es el de partir de un verdadero interés en resolver los problemas de “los otros”, de la sociedad que nos rodea, antes de decidir sobre un tema de investigación en particular.
Si queremos resolver el problema de la pobreza, utilizar la investigación para saber cómo enseñar idiomas a una comunidad que recibe turistas de otros países con otra lengua, utilizar tecnologías para llevar salud a poblaciones, o estudiar los procesos sociológicos o psicológicos que facilitan o dificultan la participación ciudadana para la resolución de problemas en comunidades, siempre podremos conseguir las palabras que nos permitan interactuar con esas personas e incorporarlas en nuestros estudios como colaboradoras interesados en los resultados, en lugar de como “objetos de estudio”.
Mientras tanto continuaré revisando títulos de proyectos de investigación, metiendo en google (¿googleando?) las combinaciones de dos palabras utilizadas en ellos, solo para encontrar que nadie las ha utilizado previamente y no constituyen una definición clara de un tema de investigación, o preguntando sobre el sentido de las mismas para encontrarme con miradas extraviadas y actitudes de profundidad mal entendida. Casi que me imagino la cara de mi madre, ya ausente, cuando con aire de superioridad le explicase que tetrahidroisoquinolinas son “un compuesto orgánico heterocíclico cuya fórmula molecular es C9H11N. Es un líquido de color amarillo oscuro a temperatura ambiente, ligeramente más denso que el agua y soluble en éste.” ¡Pensaría que me había vuelto loco!
Aprender una nueva ciencia es como aprender un nuevo idioma, es difícil, y solo sirve para comunicarnos con los que lo hablan. A efectos de comunicación, debemos seguir comunicándonos con el idioma común de las comunidades con las que nos reunimos. Para que la sociedad entienda nuestras investigaciones debemos tener en cuenta el idioma (experticia) de esa sociedad. Por todo lo anterior es que recomiendo a los que me quieren escuchar que primero definan en pocas palabras sus intereses y objetivos de investigación y luego traten de ponerle un título explicativo que puedan leer a sus seres queridos de manera que en sus ojos brille la inteligencia y la admiración, no la admiración sobre su inteligencia.
Una palabra,ya para terminar, sobre un tema relacionado y que será objeto de una nota posterior. Las actitudes hacia la investigación son en mucho responsables también por el fenómeno de las alianzas entre investigadores “que hablan el mismo idioma” para reunirse en equipos de investigación. Casi que lo contrario a lo que se requiere a la hora de resolver problemas “del entorno social”. En este último caso, y dada la complejidad de las situaciones a estudiar, son preferibles los equipos multidisciplinarios, donde cada miembro habla “idiomas” diferentes, la mejor manera para “… encontrar un gato negro en un cuarto oscuro. Sobre todo cuando no hay gato…”. Pero ya estaremos profundizando posteriormente.
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